sábado, 21 de noviembre de 2009

ahy viene el bicentenario...

516 AÑOS DE LUCHA,
“Todos y cada uno de nosotros paga puntualmente su cuota de sacrificio, consientes de recibir el premio en la satisfacción del deber cumplido, consientes de avanzar con todos hacia el hombre nuevo que se vislumbra en el horizonte”
Ernesto Che Guevara
El socialismo y el hombre nuevo en Cuba. Marzo1965.
Como es bien conocido por parte de los habitantes de este gran globo llamado tierra, por algunos habitantes de un pequeño pedazo de este, denominado después de la masacre que no cesa y lleva mas de 500 años, Colombia; de las movilizaciones indígenas que se han llevado a cavo en el departamento del cauca, que marchan, que a su paso se suman varias fuerzas, que su lucha es entendida por varios sectores de la hermosa ciudadanía rebelde, y aprovechada como trampolín para uno lobos hambrientos.
¿Y cuantas veces el gran señor ha tratado de asesinar la resistencia de los pueblos originarios de este continente?.
Pueblos que siguen alardeando su ignorancia para conjurar la resistencia y la lucha por un mundo mejor con el “yo, mi, me, conmigo” y, en cambio, se precian de reiterar ese “nosotros”, tan pasado de moda sobre todo a la hora de los compromisos.
Cada año, durante 516 años, en declaraciones de funcionarios, supuestos historiadores que apenas alcanzan con torpeza a hilvanar justificaciones para la historia de arriba, y “objetivos” analistas de una “modernidad” prematura, se reedita el descubrimiento y conquista de unos suelos, para así tratar de convencernos de lo que fue sino despojo y destrucción, se trato de la civilización de las culturas que, en realidad, dan “una y las cuatro” para aquellas que ahora se pretenden el modelo para toda la humanidad.
¿y cuantas veces se han tratado de acomodar la represión y la matanza a los intereses de los de arriba?.
Desde hace unos años “viste” muy bien el acompañar la lucha indígena, pero no hay moda que aguante tanto y desde la academia se volvieron solo momentos de reflexión, estudio, análisis pareció por momentos que se veían como pequeños laboratorios en la construcción de pensamiento académico.
Es hora de que esa moda pare, y no desfile más.
Una leyenda que se pierde en los rincones que abundan en el latido moreno de este continente, cuenta que los dioses plantaron acá el mañana; que el mundo estaba cabal y no había mandón ni mandado; que el sol despertaba y descansaba en las montañas que bordan las orillas de la casa grande de los hombres y mujeres de maíz; que la noche era el tiempo para el brillo de la otra luz que nacía en las pieles que, encontrándose, parián mundos enteros en todos los rincones; que la madrugada era el espacio para guardar las maravillas que ahora son manchadas con la palabra “imposible”; que entonces las sombras estaban sembradas así nomas, vestidas en veces de árbol, piedra, nube, palabra, esperando la luz que les diera vida y paso.
Y cuentan que fue dada la riqueza hecha tierra, agua, aire, vida y que fueron dados también los guardianes para que todos y todas fuera. Para que no muriera.
Cuentan también que después de invadidas y conquistadas estas tierras por el dinero hecho dios y ejercito, cuando el europeo Américo Vespucio dibujo el mapa del continente, que llevaría su nombre, estaba pensando no en la cartografía de un nuevo mundo, sino en el mapa del tesoro.
Y sobre el tesoro se arrojo la jauría con ropas de sotanas y armaduras. Se destruyo y saqueo. La madre la tierra adolorida, ordeno a sus guardines la resistencia y el paciente alivio, que no la cura, de la cobija de la lengua, el vestido, el canto, el baile, la cultura.
En las naguas y las trenzas de las mujeres, en los pliegues de la piel de los mayores, en los asombros de los niños, en la digna rebeldía de sus hombres y mujeres, fueron guardados sus recuerdos.
Bajo este cielo se ondearon las banderas de las monarquías usurpadoras de España, Portugal, Holanda, Francia e Inglaterra, y siempre la del dinero y los saqueadores tenían cartas del gobierno que decían que querían civilizarnos.
El reloj de abajo sonó después de la hora de la lucha, y sangre indígena corrió por los 7 puntos cardinales y se llamó independencia al cambio de ropa que el dinero les hacia seguir oprimiendo tierras y gentes.

Llego después al arriba de arriba el nuevo emperador, el capital y con el la nueva alquimia que todo lo convierte en mercancía.
Arriba se simula independencia y soberanía, pero la ropa del extranjero se seguía vistiendo de mandón. El calendario de abajo cumplió su ciclo y se alumbró un nuevo alzamiento y la madre tierra hizo que callera el tirano.
La tierra, la madre, brindo entonces su alimento de dignidad rebelde a otros colores y, como fragmentos de un espejo roto, la lucha tomo desde entonces la ropa del obrero, del campesino, del empleado, del otro amor, de la juventud, de la mujer, del homosexual, de la sabiduría que no se vende por comodidad o moda.
La resistencia floreció y florece.
Ahora el emperador ha crecido y ha crecido su ambición, no se conforma con el oro usurpado, ahora quiere toda nuestra tierra, agua, aire, personas, flora y fauna, desea devorar nuestras lenguas, bailes, sabiduría, medicina, cultura.
Por eso vemos como se han puesto ropas nuevas esos viejos conquistadores, antes venían en barcos y presentaban cartas del rey, que nunca vimos; ahora son tratados los que firman los de arriba sin contar con los de abajo, entre personas que tampoco hemos visto.
Unos hermanos mayores como los son los hermanos que se han dado a la tarea de caminar, de levantar el puño y su vos en contra de la explotación y la defensa de los derechos adquiridos antes de que llegara el hombre sin alma, reclamar los derechos de los pueblos indios es una obligación, el defender los derechos de los corteros de caña, de cada trabajador, de la universidad pública, de las mujeres, de los homosexuales, de los afroamericanos, de cada uno de los que engrosamos el censo de aquí abajo, es la obligación.
¿y que hacer cuando nuestros brazos y piernas son tan cortos que no podemos ni abrazarlos ni caminar junto a ellos?
Para esto esta el poder de la palabra de la suma de otros para que con los otros seamos más, y somos más; sino mas inteligentes que el enemigo para ganar y que la tierra, la madre no de su abrazo eterno de satisfacción.
Entonces como Fausto decía:
“También esta noche, tierra, permaneciste firme.
Y ahora renaces de nuevo a mí alrededor.
Y alientas otra vez en mí
La aspiración de lucha sin descanso
Por una altísima existencia”.

La palabra, el debate en la academia debe tener un altísimo grado de compromiso, de sacrificio, de entrega; lejos de los sentimientos de piedad y caridad, llenos de amor, de ese inmenso amor que nos da fuerza para ponernos al frente en pie de lucha por nuestros derechos, por un mundo justo y digno, por la verdadera democracia libertaria, por educación de calidad para nosotros los de abajo.
La invitación es a tomar parte y acción en el día a día, para que nuestra voz llene los espacios de nuestra patria y nuestro continente, y los de arriba no puedan tapar mas sus oídos con sus cañones disparados hacia nosotros, y se hagan a un lado para ejercer el digno derecho a gobernarnos y gobernar.
En nuestros labios y en nuestros corazones pero sobre todo en nuestras acciones estará para todos todo, nada para nosotros.

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